“Se esfuerza por no
morir el hombre que ha de morir. Y no se esfuerza por no pecar el hombre que ha
de vivir eternamente”. San Juan de Toledo.
Si algo no tenemos en este mundo es perspectiva de vida
eterna. Todo es inmediatista, veloz, y busca una gratificación ¡ya! La
velocidad en la que vive el mundo es asombrosa, una velocidad sin dirección
alguna.
En el siglo XVI cuando Lorenzo Scúpoli escribió su obra “El
combate espiritual” el hombre buscaba a Dios, y sabía que Él es Perfecto y Santo,
por lo tanto el combate era obvio, para llegar a vivir eternamente en Dios debemos: resistir en un combate que nos lleve a la perfección, con el fin de llegar a
ser un mismo espíritu con Él, que según palabras de Scúpoli: “Es la mayor
hazaña y la más alta y gloriosa empresa que puede imaginarse”.